La margarita proviene de un pequeño arbusto de la familia Asteracae, nativo de las Islas Canarias. Su especie se encuentra casi en todo el mundo con algunas variaciones en su tamaño, así como en el color de sus flores y la forma de sus pétalos. Sin embargo, la especie de pequeñas flores blancas con centro amarillo es el más popular.
Cuando se plantan afuera, las margaritas atraen mariposas, colibríes y abejas debido al encanto de su polen. Además, el blanco de sus pétalos destaca entre el verde de las hojas, por lo que decora fácilmente cualquier jardín.
Uno de los mejores aspectos de esta planta es su versatilidad debido a que puede mantenerse en exteriores y en interiores. A su vez, los cuidados que amerita son simples, de modo que cualquiera puede disfrutar de una maceta con margaritas en su hogar.
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Cómo cultivar margaritas
Mantenlas en la temperatura ideal
Para que las margaritas se mantengan saludables y llenas de flores, necesitan un clima fresco. Por eso, sus flores suelen ser abundantes durante el otoño y la primavera. En ambas épocas del año, el sol brilla mientras la brisa y las nubes refrescan el ambiente.
El calor del verano y el frío del invierno no son tan beneficiosos para su floración, pero se adaptan bien. Esto se debe a que las margaritas son plantas perennes. Es decir, viven más de dos años, por lo que soportan los cambios estacionales sin marchitarse del todo. Tan pronto pasa el invierno y el verano, sus flores renacen.
Las margaritas necesitan espacio para crecer
Esta planta suele tener una altura entre 60 a 90 cm, así que debes tenerlo en cuenta al posicionarlas en el jardín. También necesitan una distancia de 20 cm entre cada una para expandirse y crecer con libertad.
De igual forma, si se trata de una jardinera, asegúrate de que tenga un buen drenaje. Las margaritas son susceptibles al moho y a la pudrición de la raíz por exceso de agua, así que hay que evitar que se le acumule.
Pódalas una vez al año
El podado es importante para mantener a las margaritas tupidas de flores. Por lo menos una vez al año, se recomienda quitar las flores marchitas y recortar las ramas que se hayan elevado demasiado.
La mejor época para podarlas es a finales de invierno, ya que así estará lista para hacer brotar más flores al inicio de la primavera.
Riégalas según el clima y las estaciones
Durante sus estaciones de crecimiento y floración, las margaritas necesitan agua cada 2 a 3 días. El riego debe ser en cantidades justas evitando empantanar el jardín; pues, como explicamos, mucha agua puede ser perjudicial.
En los meses más cálidos, se sugiere aumentar la frecuencia del riego por un día, y en los meses más fríos, disminuirla. De este modo, la planta no se secará y se mantendrá fuerte.
Usa fertilizantes con moderación
Cuando las margaritas se encuentran plantadas en el suelo orgánico de tu jardín, no es necesario el uso de fertilizantes. En estos casos, como toda planta, se alimentan de las riquezas de la tierra.
En cambio, cuando se encuentran en macetas y jardineras artificiales, el fertilizante les brinda los nutrientes que necesitan para renovar sus hojas y flores. Con solo aplicar un poco una vez al mes es suficiente para que la planta se mantenga saludable.
Problemas comunes del cuidado de las margaritas
Estas plantas suelen ser resistentes, pero algunos comportamientos extraños pueden presentarse durante su crecimiento. Estos son:
- Hojas marchitas: este es un signo de que están recibiendo poca agua, así que aumentar el riego es la solución
- Flores efímeras: esto ocurre con frecuencia durante los meses más calurosos del año. Si tus margaritas están en macetas, ponerlas bajo sombra puede ayudar
- Capullos cerrados: estas plantas necesitan de la energía solar para florecer, así que mantenlas cerca de una fuente de luz natural
Cómo trasplantar margaritas
Las margaritas comienzan a madurar entre su primer y su segundo año. Durante este periodo, alcanzan su tamaño máximo y si se encuentran en una maceta, es probable que el espacio les quede pequeño.
Para trasplantarlas al jardín, sigue las siguientes instrucciones:
- Cava un hoyo profundo más grande que el tamaño de la maceta.
- Saca con cuidado la planta de la maceta. Para cuidar sus raíces, separa primero la tierra de los bordes de la maceta hasta poder tomar la base de la planta con una de tus manos. Nunca hales las margaritas desde sus tallos.
- Coloca la planta en el hoyo y verifica que su profundidad cubra las raíces por completo como en la maceta. Si no, cava más profundo.
- Con la tierra que sacaste al principio, rellena los espacios.
- Al terminar, presiona la tierra ligeramente con ambas manos.
- Como paso final, riega la planta para que se asiente.
Pasos para crear ramos decorativos con margaritas
Las flores de esta planta son muy utilizadas en decoración como parte de centros de mesa y ramos florales. Por tanto, una de las ventajas de tenerla en casa es que puedes armar tus propios ramos decorativos.
Para lucir la belleza de las flores de margaritas en el interior de tu casa, considera los siguientes trucos:
- No cortes todas las flores de la misma planta. No se morirá, pero quedará poco tupida y débil. Si tienes varias, lo mejor es cortar pocos tallos de cada una.
- Realiza los cortes en diagonal. Esto ayuda al tallo a absorber mejor el agua del florero para mantenerse vivo por más tiempo.
- Aleja el ramo de la luz solar para que no se marchiten las hojas y flores.
- Quita todas las hojas del tallo que queden sumergidas en el agua, así evitarás el moho.
- Si usas espuma verde húmeda en lugar de un florero con agua, los tallos permanecen vivos hasta por 10 días. Además, este material ayuda a crear ramos florales más organizados.
En definitiva, las margaritas son plantas que no pueden faltar en tu jardín. Especialmente, si te gusta la decoración de interiores y la belleza de sus flores. Como pudiste ver, su mantenimiento es simple, así que no hay excusas para no tenerlas en casa.