“La negra”, como también se le llamaba a Mercedes Sosa por sus cabellos oscuros, comenzó su carrera en la música folclórica a los 15 años. Su inolvidable voz fue el instrumento para la defensa de los pobres, los derechos humanos y la lucha política de una Argentina en tiempos convulsos.
Mientras ganaba popularidad, se enfrentó a la censura y las críticas del gobierno de Jorge Videla. Sin embargo, ello no impidió que sus letras llegaran al corazón de toda Latinoamérica. Sus cantos de libertad la enviaron al exilio después de haber sufrido una detención y amenazas de muerte.
El talento y la valentía de Mercedes Sosa la hicieron merecedora de 3 premios Grammy Latinos. Además, tuvo la dicha de compartir escenarios con otros cantantes como Luciano Pavarotti y Sting.
Haremos un recorrido por la vida de esta mujer ejemplar que nunca doblegó sus convicciones, a pesar de las duras presiones que se le impusieron las autoridades y la sociedad en su país natal.
Primeros pasos de Mercedes Sosa
Quien fue conocida por muchos como “La voz de América” nació en San Miguel de Tucumán, una pequeña provincia argentina, el 9 de julio de 1935. Sosa provino de una familia humilde. Su padre era un jornalero dedicado al cultivo de la caña de azúcar y su madre, una lavandera.
Desde muy corta edad; mostró su inclinación por las artes, el folclore y la música. Ello la llevó a participar en un concurso de canto celebrado en la estación de una radio local a los 15 años y por supuesto, se llevó el premio.
Fue en 1962 cuando lanzó su primer álbum de música tradicional titulado “La voz de la zafra”. Cabe mencionar que “zafra”, para los argentinos, hace referencia a la caña de azúcar. Las melodías de Mercedes Sosa son reconocidas como una mezcla entre los ritmos andinos y europeos. Esta influencia cultural se la debe a sus abuelos, pues uno era inmigrante francés y el otro, un indio de habla chequa.
Sus canciones siempre fueron un medio para expresar los problemas cotidianos y las tensiones sociales. Ello la diferenció de cualquier artista latinoamericano del momento, por lo que dio inicio a su escalada a la fama. Especialmente, en América del Sur, donde situaciones como la pobreza y el autoritarismo estadal eran el pan de cada día.
Un movimiento por la cultura y los más desfavorecidos
En 1963, Mercedes Sosa creó el Movimiento del Nuevo Cancionero junto con su esposo Oscar Matus, quien también destacó como compositor y músico folclórico. Esta causa fue apoyada por varios artistas de Latinoamérica y España.
El movimiento buscaba resaltar las artes tradicionales como expresión de la cultura de los pueblos, siempre considerando su contexto histórico, político y social. Sus defensores fueron exponentes de la música, las danzas, el cine y el teatro.
Estas artes eran una vía para poner al descubierto las desigualdades e injusticias, así como las alegrías y las esperanzas. Quienes integraban el movimiento juraron nunca dejarse llevar por el mercantilismo y los tabúes. En ese sentido, su meta principal era darle lugar a todas las variantes culturales y sociales de la nación.
Esos principios rigieron la vida de Mercedes Sosa tanto en su plano artístico como personal, ya que fuera de los escenarios, se dedicó a alzar su voz por las clases sociales más excluidas y desfavorecidas.
También hubo tiempos difíciles
Así como Mercedes Sosa recibió muchos aplausos por evidenciar los problemas sociales y políticos de la región, también recibió el rechazo y el castigo de su gobierno.
En 1976, una dictadura militar y sanguinaria tomó el poder en Argentina. Al mismo tiempo, “La negra” se había declarado partidaria de los movimientos de izquierda. Esto la condenó como enemiga del nuevo gobierno y principal blanco de censura y represión.
Repetidas veces, Mercedes Sosa denunció ser seguida y acosada por funcionarios de la policía y militares. Y aunque nunca dejó de denunciar las injusticias y las violaciones a los derechos humanos cometidos por los gobernantes, su arresto en 1979, la obligó a exiliarse en Europa.
El punto crítico llegó ese año, cuando fue detenida en pleno escenario durante una presentación en La Plata. Fueron también aprehendidas más de 300 personas que asistían a su show. Dado el reconocimiento de la cantante, la presión internacional logró su liberación.
Sin embargo, Mercedes Sosa temió por su vida y se mudó a Francia y luego, a España. La artista vivió apenas 3 años en el continente europeo y la nostalgia la llevó de nuevo a su país natal en 1982. Al poco tiempo, la dictadura cayó y la cantante se libró de todo castigo.
Una mujer de grandes logros
Durante sus 60 años de carrera, acumuló 3 premios Grammy Latinos y varios otros reconocimientos por promover la expresión de las artes. Su papel político siempre la posicionó como una mujer luchadora y digna de aplaudir.
Interpretó canciones como “Gracias a la vida” de Violeta Parra y “Si se calla el cantor” de Horacio Guarany. También compartió escenarios con grandes íconos como Luciano Pavarotti, Gustavo Cerati, Shakira y Julieta Venegas.
Por todos sus éxitos, el diario El Clarín de Argentina, la recuerda como un símbolo de libertad, lucha y resistencia y como la cantante argentina más importante de los últimos tiempos.
Acerca de su vida personal, se sabe que estuvo casada con Oscar Matus por ocho años y con él, tuvo a su único hijo, Fabián. Luego, fue pareja de Pocho Mazzitelli, quien se desempeñó como su representante, hasta que la muerte los separó en 1978.
La vida de Mercedes Sosa terminó el 4 de octubre de 2009, luego de pasar varios días internada en un hospital por problemas renales y hepáticos. Sin duda, su arte y sus acciones en la lucha política y social de Argentina siempre serán merecedoras de admiración y respeto.