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¿Es posible un parto sin dolor?

El dolor en el parto es una de las mayores preocupaciones que tenéis las futuras mamás que no lo habéis experimentado antes pero si quieres tener un parto natural este artículo es para ti. Te explicaré métodos que te ayuden a aliviar el dolor y puedas estar preparada para el gran momento.

Cuando comienzo un nuevo grupo de preparación al parto siempre me gusta hacer las mismas preguntas: ¿por qué venís a clases? ¿qué pensáis que puedo enseñaros?. El mayor porcentaje de las mamás respondeis lo mismo, “por qué tengo miedo al parto”.

Cuando investigo un poco más, me doy cuenta que a lo que realmente tienes es miedo al dolor y es que a nadie le gusta tener dolor, lógicamente el dolor es un sentimiento negativo del que huimos. Pero el dolor está en la mente y por tanto aunque no podamos hacer que desaparezca podemos controlarlo porque —todo el mundo puede controlar su mente—.

En los grupos de preparación al parto, cuando hablo del tipo de parto existen dos tipos de mamás que se diferencian de forma clara, por un lado las mamás que tenéis claro que queréis la anestesia epidural lo antes posible y por otro las mamás que queréis intentar un parto natural.

En este artículo me voy a centrar en las parejas que se han decidido por experimentar un parto natural. Voy a hablar de los métodos no farmacológicos que existen para aliviar el dolor, aliviar, que no es lo mismo que quitar. Esto es lo primero que como mamá tienes que tener claro, en muchos casos leéis o escucháis que existen métodos naturales alternativos a la anestesia epidural y las mamás pensáis que estos métodos quitan el dolor y esto no es así.

Hay varios métodos que ayudan a aliviar el dolor durante el parto pero hoy os voy a hablar de tres de ellos que puedes practicar y conseguir en casa:

Relajación

El más importante. Mamás del mundo os diré que —se pare con la mente—. Me explico, si quieres un parto natural, tienes que estar preparada mentalmente para no perder el control ante el dolor y saber que tu cuerpo va a encontrarse ante situaciones límite que seguramente nunca has experimentado.

Por tanto, en cada contracción tienes que utilizar tu mente imaginándote la carita de tu bebé, pensando que es el único dolor del mundo que tiene premio (el mayor premio de tu vida), que el dolor solo dura un minuto y que luego tendrás otros dos minutos de descanso, meditando, concentrándote en coger aire por la nariz para soltarlo por la boca muy lentamente, empoderándote, creyéndote que eres una diosa y que todo esto es por vuestro bebé, es decir, imagínate en el “planeta parto” en cuyo centro de ese planeta solo existes tu y tu bebé.

No escuches estímulos externos incómodos, evita sufrir una luz molesta, únicamente has de estar centrada en lo que estás haciendo en ese momento, que es seguro, lo más importante de tu vida.

Para que el día del parto te sea más sencillo te recomiendo que poco a poco, a lo largo de los meses de embarazo, utilices momentos del día para cerrar los ojos e intentes centrarte en la respiración, contando los segundos que tardas en llenar los pulmones por la nariz y los segundos que tardas en vaciarlos soltando el aire por la boda.

Céntrate en ese día y visualizate, esto te hará sentir más preparada para el momento del parto y si eres muy nerviosa y no lo consigues tu sola, puedes pedir ayuda a un experto en yoga que te ayude a entrar en el “planeta parto”.

Deambulación

Está claro que los bebés salen por la vagina, y para conseguirlo ellos mismos van girando sobre su propio eje (como un tornillo encaja en una tuerca), para conseguirlo los huesos de la pelvis se van adaptando realizando pequeños movimientos para que al bebé le sea más fácil, (consiguen que la puerta de entrada y salida de la pelvis, estrecho superior e inferior respectivamente, aumente de diámetro).

Para estos ligeros movimientos la pelvis tiene que estar libre, por tanto, si estás sobre una cama o sobre un plano duro estás haciendo algo contraproducente ya que dificultas estos movimientos.

Las mamás tenéis que dilatar de pie, con la pelvis libre, realizando los movimientos que el cuerpo os pida, bailando, moviendo la cadera, ayudando a que esas puertas de entrada y salida aumenten de tamaño.

Escuchar vuestro cuerpo, porque él mismo os dirá como está más cómodo. Además ¿verdad que existe la gravedad? si nos encontramos de pie, está también nos ayudará.

Agua Caliente

Cuando vienes muy cansada ¿verdad que te gusta un baño de agua caliente? pues utilízalo para el parto, una ducha larga con agua caliente relajará toda la musculatura consiguiendo que la sensación de dolor disminuirá.

Seguiré hablando en otros post de otros métodos no farmacológicos como el masaje, el calor local, la pelota, pero tener en cuenta estos tres les tienes al alcance y son muy fáciles de practicar.

Disfruta del parto mamá, no tengas miedo a las contracciones, son el motor para llegar al fin, que es tener a tu bebé. Disfruta de ese día, porque no podrás volver atrás en el tiempo y será el día que conozcas a la persona más importante de tu vida.