Cuando los niños enferman, acudir al médico es la alternativa más recomendada para aliviar sus síntomas de manera adecuada. Sin embargo, muchas veces resulta más sencillo comprar medicamentos en la farmacia más cercana y tratarlos en casa.
Lamentablemente, existe la posibilidad de suministrarles el fármaco equivocado y causar serios daños en su organismo. El síndrome de Reye es una de las enfermedades que puede desarrollarse a partir de este escenario y sus consecuencias son un llamado de alerta para evitar esta mala práctica en el cuidado de los pequeños.
Esta condición puede presentarse a cualquier edad, pero se observa con mayor frecuencia en niños menores de 12 años que se recuperan de un virus como la gripe o la varicela. Sobre todo, cuando han sido tratados con aspirinas sin autorización médica.
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En qué consiste el síndrome de Reye
Es un trastorno poco frecuente caracterizado por el daño hepático y cerebral que afecta más a los niños que a los adultos y a las personas mayores. Suele generarse por el efecto de las aspirinas y otros salicilatos en el contexto de infecciones virales.
Esta enfermedad es una de las razones más importantes por las que los médicos han dejado de prescribir el uso de estos medicamentos en niños.
Cómo las aspirinas en niños dan inicio a este síndrome
Cuando se padece una enfermedad viral, los componentes de la aspirina pueden contribuir a la acumulación de grasa en el hígado y generar daño en las células hepáticas. Ello altera el funcionamiento normal de este órgano y desencadena encefalopatía aguda.
Vale mencionar que los niños con trastornos hereditarios asociados al metabolismo de los ácidos grasos o al ciclo de la urea tienen más posibilidades de desarrollar esta condición. Sin embargo, estos desórdenes permanecen ocultos a menos que se realicen pruebas de detección.
En este sentido, los efectos de la aspirina se consideran imprescindibles y por ende, riesgosos. Ni siquiera los dolores de cabeza de los niños deben ser tratados con este medicamento, ya que podrían ser síntoma de un virus que de lugar al síndrome de Reye.
Causas del síndrome de Reye
Las causas de este padecimiento aún no están claras. Solo se conoce que el riesgo de desarrollarlo aumenta cuando se toman aspirinas para tratar un virus. Así mismo, otras de las situaciones de riesgo implican:
- Problemas en los procesos metabólicos del hígado
- Exposición a toxinas provenientes de ciertos químicos como los diluyentes de pinturas e insecticidas
Síntomas del síndrome de Reye
Cuando se produce el síndrome de Reye; el metabolismo de las grasas del hígado falla, por lo que se acumulan enzimas hepáticas como la ALT y la AST en la sangre. También aumentan los niveles de amoníaco y ácido, y disminuyen los niveles de azúcar en el cuerpo.
Estos cambios se generan por la incapacidad del hígado para cumplir con sus funciones vitales. En general, se expresan con los siguientes síntomas:
- Vómitos frecuentes
- Somnolencia
- Letargo
- Desorientación
- Confusión
- Delirios
- Pérdida del conocimiento
Cabe mencionar que, en niños menores de 2 años, los primeros síntomas suelen ser diarrea y respiración agitada. Además, a medida que la enfermedad avanza, se presentan síntomas más graves como irritabilidad, alucinaciones, convulsiones y cansancio extremo.
El síndrome de Reye puede ocasionar la muerte. Por ende, es crucial diagnosticarlo a tiempo para iniciar un tratamiento que alivie sus síntomas e impida su progreso.
Diagnóstico de la enfermedad
Debido a su rareza, el síndrome de Reye puede confundirse con otras afecciones como la meningitis y la diabetes. Incluso con un envenenamiento. Además, no existe una prueba específica para diagnosticarlo, por lo que es necesario hacer una serie de exámenes y estudios que comprueben su existencia.
Los análisis de orina y sangre son los más frecuentes, así como los que detectan anomalías en el metabolismo de los ácidos grasos. Otras de las pruebas confirmatorias del síndrome de Reye son:
- Punción lumbar
- Biopsia de hígado
- Biopsia de piel
- Tomografías y resonancias
Tratamiento del síndrome de Reye
No existe cura para esta enfermedad. Por lo tanto, su tratamiento se basa en reducir los síntomas y prevenir complicaciones. Entre las medidas de cuidado que toma el personal médico se encuentran:
- Mantener al paciente hidratado con sus electrolitos equilibrados
- Evaluar el estado de su corazón y sus pulmones
- Supervisar su función hepática
También se suministran medicamentos para reparar el daño en las células del hígado, disminuir la inflamación de cerebro y evitar síntomas más severos. Estos suelen ser:
- Fluidos intravenosos
- Insulina para regular los niveles de azúcar en sangre
- Diuréticos para eliminar el exceso de líquidos acumulados en el cuerpo
- Corticosteroides para disminuir la inflamación cerebral
- Vitamina K, plasma y plaquetas para prevenir hemorragias hepáticas
Si el niño presenta convulsiones, se incluyen medicamentos para controlarlas. Además, en caso de que respire con dificultad, se considera el uso de un ventilador o respirador artificial.
Complicaciones asociadas a la enfermedad
Cuando se presenta un diagnóstico tardío del síndrome de Reye, hay mayores posibilidades de que el daño cerebral haya avanzado hasta generar repercusiones permanentes.
Por fortuna, los médicos han mejorado las técnicas para diagnosticar la enfermedad en sus estadios tempranos. Así mismo, es importante es que los padres estén atentos a los síntomas inusuales que comienzan a presentar los niños en casa para recurrir al médico lo más pronto posible.
No olvidemos que esta enfermedad avanza rápidamente, por lo que amerita tomar acciones a tiempo. Este aspecto es fundamental para disminuir las complicaciones futuras y los efectos permanentes que pudiera causar.
Actualmente, la tasa de mortalidad del síndrome de Reye ha disminuido de un 50% a menos de un 20%. Sin embargo, no deja de ser un padecimiento grave que, como padres, podemos prevenir evitando dar aspirinas a los niños y poniendo su salud en manos de los especialistas.