Una dieta pobre en ácidos grasos Omega 3 puede estar detrás de problemas cardíacos, inflamatorios, diabetes, artritis, asma, accidente cerebro-vascular y deterioro mental, entre otros trastornos.
Esto sucede porque nuestro cuerpo es incapaz de sintetizar o producir ácidos Omega 3, y por tanto, es necesario aportarlo a través de la alimentación o los suplementos. Está demostrado que el ácido omega 3 es indispensable para un mejor andamiaje de nuestro organismo.
El ácido Omega 3 y el ALA, DHA y EPA
Estas letras hacen referencia a subtipos de ácidos grasos Omega 3. Así, por ejemplo, el ALA (ácido alfalinoleico) se encuentra en algunos aceites vegetales, como la soja, la colza, la linaza y las nueces. ALA también se encuentra en algunos vegetales verdes, como las coles de Bruselas, col rizada, espinacas y ensalada de verduras.
El EPA (ácido eicosapentaenoico) y el DHA (ácido docosahexaenoico) se encuentran en los pescados grasos. El cuerpo convierte parcialmente ALA en EPA y DHA.
El DHA está relacionado activamente con el desarrollo cerebral. Mejora la fluidez de la membrana y de las células cerebrales a través de la actividad de los neurotransmisores, mejora el aprendizaje, memoria, etc. Es importante en niños al igual que en mayores.
Los niños y el ácido omega 3
El ácido omega 3 DHA está relacionado con el crecimiento físico y neurológico de los niños.
Durante la lactancia materna exclusiva, el ácido omega 3 es proporcionado por la leche de la madre. Pero cuando el niño inicia la alimentación complementaria, será necesario introducir, preferentemente, alimentos ricos en omega 3, o bien suplementados con este elemento.
Muchos estudios científicos sugieren que los ácidos omega 3 contribuyen al desarrollo del sistema nervioso central y, por ende, a factores relacionados como el comportamiento y la cognición.
El ácido Omega 3 y el TDAH
Una dieta rica en nutrientes con ácido Omega 3 mejora los síntomas de este trastorno, sobre todo en lo que se refiere al aumento de la capacidad de concentración.
Los niños con TDAH que además están medicados también se verán beneficiados, ya que al atenuarse los síntomas, la dosis de su medicación sería reformulada.
El ácido Omega 3 y la función visual
El DHA que forma parte del ácido Omega 3 influye en el desarrollo de las células presentes en la retina, por lo que tiene un papel muy importante en el desarrollo de la agudeza visual y la velocidad de desarrollo.
Sin embargo, no se asocia a la mejora de la dislexia, ya que este no es un trastorno de concentración, sino discapacidad específica en el aprendizaje de la lectura.
Dieta rica en ácido Omega 3
Para una buena salud, debemos conseguir por lo menos una fuente rica de ácidos grasos omega 3 en nuestra dieta todos los días.
Sin embargo, la gran mayoría de la población a nivel mundial no obtiene suficientes ácidos grasos Omega 3.
Es aconsejable, una porción de pescado graso (como el salmón salvaje), o bien, una cucharada de aceite de canola o aceite de soja en aderezos para ensaladas o en la cocina, o un puñado de nueces o semillas de linaza mezclado en la avena por la mañana.