Si hay algo que caracteriza a la sociedad sueca es su espíritu comedido y equilibrado. Diversos organismos internacionales colocan a Suecia entre los países más felices del mundo.
Pero esta felicidad al estilo sueco no es exaltada, eufórica ni jactanciosa. Se trata de una forma de ser feliz equilibradamente, con sobriedad y mesura, o como lo denominan los suecos: lagom.
¿Es el lagom algo nuevo?
En el panorama internacional, el lagom se ha convertido en una reciente tendencia. Sin embargo, en Suecia, el lagom es una filosofía, una forma de ser que caracteriza a los escandinavos desde tiempos inmemoriales.
En lenguaje sueco, lagom es una palabra que tiene varios significados, todos conectados entre sí (casi perfecto, suficiente, adecuado, de acuerdo a la ley). Se cree que en sus orígenes lagom hacía referencia a la actitud de mesura que tenía cada comensal al servirse de una olla común, a fin de que alcanzara para todos. Es decir, comer lo justo, o tanto como los demás.
La evolución semántica de lagom hoy en día hace referencia a la práctica de encontrar el punto medio en todos los ámbitos de la vida, siendo conscientes de las emociones, el cuerpo y el bienestar personal, sin pecar por exceso ni por defecto.
Lagom es inherente a la cultura sueca, y es su forma de manejar el estrés. Es esa manera escandinava de ser y relacionarse, respetuosa de los derechos y espacios individuales manteniendo las distancias como forma de evitar y resolver los conflictos.
Pero lagom es también la búsqueda permanente del punto medio para mantener el equilibrio en todos los ámbitos de la vida: salud, hogar, pareja, trabajo, ocio, familia, etc.
¿Cómo integrar esta filosofía a nuestra vida?
Lagom y vida laboral
Si tu trabajo es una fuente de estrés, el lagom te propone tomar tres pausas cortas de 5 minutos a lo largo de toda la jornada laboral. Esto se basa en la idea de que es necesario desconectar brevemente para reinicializar la tarea con energía renovada. Durante las pausas hay que olvidarse de pantallas, se puede tomar una bebida y socializar con los compañeros.
Lagom en las relaciones interpersonales
La filosofía lagom persigue la búsqueda constante del consenso, escuchando al otro y siendo leal a la relación. Las relaciones basadas en lagom fomentan la autosuficiencia y la consideración activa hacia la otra persona a base de brindar espacio respetando las distancias, sin levantar un muro infranqueable.
Lagom en nuestra economía personal
La búsqueda del equilibrio en nuestras finanzas no suele ser una opción. Lagom nos propone planificar nuestras compras de acuerdo a nuestras necesidades y no hacer gastos “en caliente”. Por ejemplo, planear con anticipación el fin de semana para evitar las compras y las copas innecesarias.
Ser feliz con lo que se tiene en su justa medida, ni demasiado poco ni en exceso es un pensamiento en sintonía con lagom. Nos propone compensar nuestras necesidades para alcanzar la paz y la plenitud, más allá de lo que deseemos en la vida.
Lagom y decoración
Lagom nos propone equilibrar nuestros espacios, poniendo cada cosa en su sitio, a fin de que seamos correspondidos con el bienestar que ello nos produce.
Un casa lagom tiene una decoración versátil, cómoda, sencilla y combinable. Quienes allí viven no compran ni atesoran cosas innecesarias al tiempo que se crean estancias espaciosas. Lagom sostiene que mantener algo innecesario ocupa espacio y genera estrés debido a la limpieza.
La búsqueda de la serenidad a través lo simple y sencillo define el concepto lagom en la decoración: tonos neutros, elementos naturales, muebles de buena calidad que sean duraderos, orden y buena distribución.
Lagom y ocio
Las actividades de ocio fuera de casa constituyen una gran oportunidad para practicar la filosofía lagom, incluso con mal tiempo, pues se apoya en la idea de que hay que tomar lo que la vida te ofrece y disfrutar en cada momento del aire libre y de la naturaleza.
El ejercicio contínuo al aire libre y sin mayores pretensiones que disfrutar está en sintonía con el lagom.
Dentro de casa, lagom nos propone tener espacios de dispersión, relax o tertulia para liberar nuestra mente del estrés diario.
Al tener el lagom como espíritu rector, los escandinavos han desarrollado numerosas tradiciones de relajación como los baños, balnearios a cielo abierto, sauna y el conocido masaje sueco.
Lagom y ecología
Si no derrochas no te faltará de nada es un pensamiento afín a lagom en el que la ecología ocupa un lugar importante.
Reciclar, reutilizar y reparar todo lo que se pueda es una práctica que ayuda a tomar consciencia de los recursos de nuestro planeta y a ser ahorrativos. La antítesis de lagom es la cultura del usar y tirar. Es por ello que en Suecia, el centro neurálgico de lagom, florecen las tiendas de reparación y de artículos reacondicionados, las tiendas al peso y la práctica de eliminar el uso del plástico en la vida cotidiana.
Lagom y alimentación
La moderación es el mantra del lagom, pues se consume de todo un poco, sin pasarse, sin distracciones y preferentemente, en compañía. Y no solo la cantidad importa, sino también la simplicidad de la alimentación para que pueda mantenerse sin incomodidades.
Lagom nos propone una dieta basada en productos frescos, de temporada y proximidad local. Pero también nos invita a una cocina nada elitista en la que se pierde el miedo a aprovechar las sobras para crear platos nuevos. Incluso los vegetarianos y veganos la practican con total comodidad, pues está en sintonía con el cuidado del planeta y sus criaturas.
El gran atractivo de la filosofía lagom es que se puede manifestar en todas las áreas de la vida, pero al mismo tiempo es posible elegir qué elementos de este estilo de vida se quiere adoptar.