En las rutinas de cuidado facial, el agua micelar se ha convertido en un producto indispensable. Sobre todo, porque ha llegado para sustituir el tradicional gel limpiador y el tónico.
Mientras el gel limpiador retira las impurezas de la piel y el tónico la reafirma, el agua micelar cumple ambas funciones simplificando el proceso. Por esta razón, un gran porcentaje de mujeres la utilizan para desmaquillarse al final del día y obtener un bonito acabado en el cutis.
Su uso cotidiano aporta brillo y suavidad. Además, remueve hasta el 99% de las grasas, de modo que los poros se mantienen limpios y cerrados para una apariencia tersa y libre de acné.
Contenidos de la Página
Qué es el agua micelar
El agua micelar es una sustancia acuosa elaborada a base de micelas. Estas son el ingrediente estrella de esta preparación, pues se encargan de aislar la grasa, las células muertas y los restos de maquillaje para retirarlos de la piel.
De este modo, cuando las micelas entran en contacto con la superficie del cutis, se abren como una cápsula para atrapar a los agentes contaminantes. Y así, con ayuda del agua, pueden eliminarse de la piel.
Su consistencia es ligera y a los pocos segundos, se evapora dejando el rostro hidratado, limpio y con un leve efecto mate. De hecho, una de las mejores características de este producto es que no necesita lavarse con agua después de su uso, a diferencia de otros.
Actualmente, existe una gran variedad de tipos de agua micelar, ya que se ha combinado con otros ingredientes como:
- Aceite de argán
- Ácido hialurónico
- Carbón activado
- Agua de rosas
Esto, con la finalidad de producir efectos extra en la piel, aumentar su efectividad y adaptarse a las pieles grasas, secas y mixtas.
Vale mencionar que la composición del agua micelar no incluye alcoholes ni parabenos, por lo que es muy recomendada para las pieles sensibles. Incluso, las personas que tienen acné pueden usarla sin riesgo a presentar irritaciones o rojeces.
Beneficios del agua micelar
El agua micelar es un producto fantástico para simplificar la rutina del cuidado facial debido a que solo con su uso, podrás limpiar, hidratar y tonificar tu piel. Sin duda, esa es su mayor ventaja.
No obstante, también se le reconocen otros beneficios, como:
- Limpia la piel sin irritarla ni resecarla.
- Brinda una sensación fresca y ligera en el rostro.
- Ayuda a combatir el acné debido a que retira el exceso de grasas, evita que los poros se obstruyan y disminuye el tamaño de los brotes hasta que desaparecen.
- Sirve para cualquier tipo de piel.
- En caso de que entre en contacto con los ojos o las mucosas de la nariz, no genera irritaciones ni ardores molestos.
- Cuando se le usa con regularidad, la piel aumenta su suavidad y muestra un brillo saludable.
- Su efecto no se limita a la superficie de la piel, también la hidrata profundamente
- Las micelas retiran hasta el 99% de impurezas del rostro.
- No altera el pH de la piel, por lo que sus reacciones adversas son muy poco frecuentes.
Cómo usar el agua micelar
El agua micelar es un producto que ha sido testado por dermatólogos en todo el mundo y gracias a ello, cuenta con la aprobación de los especialistas. En estos estudios, se ha determinado que, para que surta buenos efectos en la piel, debe usarse de la siguiente forma:
- Ante todo, agita el recipiente con el agua micelar para asegurarte que todos sus componentes estén en igual proporción. Es importante no subestimar este paso, sobre todo, si tienes un agua micelar combinada con aceites, dado que estas sustancias se separan del agua mientras el recipiente está en reposo.
- Vierte una cantidad razonable de líquido en un algodón para cuidado facial y comienza a aplicar el producto en el área de los ojos.
- Realiza movimientos circulares, ya que son los más efectivos para recoger los residuos de maquillaje, grasa y suciedad.
- Evita hacer movimientos de arrastre y presionar con demasiada fuerza, ya que podrías maltratar tu piel. En caso de ser necesario, agrega más agua micelar en el algodón para que tengas suficiente producto con el que limpiar la zona.
- Después de limpiar los ojos, continúa hacia la nariz, la parte frontal de las mejillas y los labios. Luego, completa la limpieza abarcando la frente, los laterales del rostro y la barbilla.
Si tienes mucho maquillaje, es probable que necesites más de un algodón para retirarlo. Por lo tanto, lo recomendable es que cuando el algodón se sature de residuos y suciedad, se cambie por otro. Así, la limpieza será más efectiva y sencilla.
Cabe recordar que no es necesario lavarse el rostro con agua después de aplicar el producto. Dejarlo hasta el día siguiente permite que la piel lo absorba y aproveche todos sus beneficios hidratantes y reafirmantes.
Además, al terminar de aplicar el agua micelar, notarás que se seca en segundos, así que no tienes que preocuparte porque te quede la piel grasosa o con una sensación molesta.
Por último, los especialistas en cuidado facial aconsejan que se limpie la piel todas las noches con este producto. Incluso los días en los que no utilizas maquillaje, ya que la producción de grasa no se detiene y las partículas de suciedad del ambiente se adhieren al rostro aunque no sean visibles.
El agua micelar es el producto indicado para retirar todas esas impurezas al final del día; y así, cuidar la salud y la apariencia de tu cutis.
¿Por qué el agua micelar es mejor que otros desmaquillantes?
La mayoría de los desmaquillantes tienden a resecar e irritar la piel. Esto ocurre porque su fórmula altera el pH natural y por consiguiente, el cutis se tensa y se percibe una sensación un poco incómoda.
También es importante aclarar que la composición de los desmaquillantes está diseñada para disolver el maquillaje, pero no retira la grasa ni cuenta con la efectividad de limpieza de las micelas.
Los desmaquillantes apenas limpian el 65% de los residuos que se encuentran en la piel, y no hidratan ni tonifican. Por ello, el agua micelar resulta mucho más eficiente y beneficiosa, de modo que no puede faltar en tu rutina de cuidado facial.