Tener una mascota en casa es un sueño habitualmente deseado por muchos niños. “Quiero un perro” es una frase muy repetida en Navidad, Reyes, cumpleaños o en cualquier momento, idealizando situaciones que los niños ven en algún parque o pantalla.
Sin embargo, los padres sabemos que los responsables últimos, y a veces los primeros, de los animales para niños en casa somos nosotros, y por tanto conviene elegir un animal adecuado a la edad del niño, de tal manera que pueda asumir alguna responsabilidad en el cuidado de la mascota.
Es más probable que los niños de 2 o 3 años empujen, agarren o golpeen a la mascota, mientras que a partir de los 3 o 4 años tienden a acariciarlos. Y solo a partir de los 5 o 6 años de edad empiezan a abrazar o masajear a sus mascotas generando relaciones más empáticas.
Valoraciones preliminares
Cuando nos planteamos tener animales para niños en casa antes deberíamos valorar si tenemos el espacio adecuado, si podemos hacernos cargo todos los días del animal y qué haremos con él cuando salgamos de viaje.
Una opción intermedia, que nos podría ayudar lidiar con la demanda de “quiero un perro”, podría ser alojar a un animal los fines de semana. Existen asociaciones que adiestran perros para fines específicos (lazarillos, de alerta médica, etc.) que permiten que sus animales pasen los fines de semana con familias acogedoras para enriquecer y completar su socialización.
Si nos decidimos a integrar una mascota en nuestra familia de forma definitiva, nunca olvidemos la opción de la adopción, existen muchos animales esperando una segunda oportunidad.
El mejor amigo de un niño
Los beneficios físicos y emocionales que obtienen los niños que crecen junto a una mascota son indiscutibles, como una mayor felicidad y sociabilidad, entre otros.
Tener una mascota disminuye el estrés del niño
Acariciar a un animal asimilando las reglas de la comunicación no verbal, desarrolla la intuición y la empatía en la gestión de las emociones. La presencia de un animal en casa disminuye la presión arterial de adultos y niños, y se previenen alergias.
Encargarse de una mascota mejora la autoestima del niño
Asumir responsabilidades en el cuidado de la mascota coloca al niño en una situación parecida al que los padres tienen con él y a comprender las necesidades de los demás. Dar y recibir aceptación, amor y compañía incondicional y sin prejuicios. Todo ello ayudará positivamente a fomentar el autoestima del niño.
El cuidado de mascotas disminuye el sedentarismo
Las rutinas de sacar el perro a pasear o de jugar con la mascota en el patio fomenta que los niños se alejen de las “pantallas” y se entretengan con juegos físicos.
Convivir con una mascota acelera el desarrollo psicomotor
Los juegos, el ejercicio, la persecución y el contacto gestual, visual y cuerpo a cuerpo ayudan al niño a incrementar el desarrollo de habilidades físicas, psicomotoras y emocionales.
Atender una mascota enseña sobre la vida
Una mascota en casa ofrece una enseñanza natural sobre el nacimiento, parto, enfermedad, dolor, muerte, reproducción, etc. con lo cual se convierte en un profesor particular del niño en la escuela de la vida.
En conclusión, podemos terminar diciendo que los animales para un niño puede ser una forma de comenzar a conocer aspectos como la responsabilidad, respeto, cariño y la empatía hacia los seres que el niño tiene a su alrededor.