Aunque parezca increíble, es posible adelgazar y prevenir el aumento de peso incorporando el saludable hábito de comer despacio.
Nuestro cerebro tarda unos 20 minutos en segregar las hormonas que nos indican que estamos saciados, independientemente de la cantidad de alimento que hayamos ingerido durante ese tiempo. Por ello, al comer lentamente, reducimos la cantidad de comida que tomamos y transcurridos esos 20 minutos nos llega la sensación de saciedad.
Pero comer despacio, no solo es saludable para controlar el peso. Tiene además otras muchos beneficios y aquí te lo contamos.
Mejora la digestión
Al comer lentamente, masticamos más los alimentos. De esta forma, favorecemos la digestión que se inicia ya con una buena masticación.
La sensación de pesadez estomacal sobreviene por haber ingerido una gran cantidad de comida, o por la calidad misma de la comida (muy procesada o muy grasosa). En cualquier caso, es el claro síntoma de un sobre esfuerzo del estómago por digerir los alimentos.
Comer despacio previene la ingestión de grandes bocados casi enteros, con los que se cuela aire, produciendo gases, gastritis o digestiones lentas y agnustiosas.
Elimina bacterias
Cuando masticamos lentamente los bocados de comida, ésta se mezcla con la saliva de una forma más eficiente, iniciando desde ese mismo momento el proceso de digestión. Por lo tanto, una vez que el alimento llega bien masticado al estómago y bien mezclado con la saliva, el proceso de digestión requiere una menor utilización de su flora bacteriana para aprovechar y metabolizar los nutrientes.
Cuando comemos rápido, los alimentos no se metabolizan debidamente, lo que puede ocasionar la proliferación de bacterias en el estómago, causando gases, diarrea o dolores de estómago.
Mejora el estado de ánimo
Al tomarnos el tiempo necesario para ingerir las comidas lentamente, nos concentramos en disfrutar del momento y la comida, interrumpiendo preocupaciones y prisas.
Por supuesto, esto redunda en un cambio a mejor en nuestro ánimo, ya que una saludable y tranquila pausa, nos anima a encarar el resto de la jornada con una mejor perspectiva.
¿Qué significa comer despacio?
La percepción de la velocidad con la que ingerimos la comida puede engañarnos a la hora de adquirir el hábito de comer despacio. Por ejemplo, para una persona que desayuna en 5 minutos, hacerlo en 10 ya implica comer despacio. Sin embargo, esto no es así.
Se requieren al menos 20 minutos, durante los cuales la ingesta de la comida (desayuno, almuerzo, merienda o cena) debe ser pausada, pues este es el tiempo aproximado que tarda nuestro cerebro en enviarnos la sensación de saciedad.
Lo ideal es tomarnos 30 minutos para cada comida. Y para que durante este tiempo disfrutemos, sin sentirlo como una tortura, podemos recurrir a algunos trucos.
Comer sentado a la mesa, implica cierto ceremonial y disposición mental para tomarnos el tiempo de disfrutar de la comida.
Masticar detenidamente cada bocado, entre 20 y 30 veces, al tiempo que percibes los sabores de cada comida.
Utilizar cubiertos para trocear la comida, aunque se trate de un bocadillo. Ingerir alimentos con las manos, no nos ayuda a medir el tamaño del bocado.
Dejar los cubiertos en el plato tras cada bocado, para tomar conciencia de lo que vamos comiendo.
Beber, preferentemente agua, entre cada bocado para pausar la ingesta.
Comer sin distracciones. Incorpora el saludable hábito de apagar la tele o el ordenador, dejar el móvil o la tableta a un lado, y procurar no comer en tu escritorio. Las distracciones impiden darnos cuenta de lo que comemos y de la cantidad que ingerimos.
Así que por el bien de tu salud, concéntrate en la comida y disfruta la compañía (si la tienes).