Durante los últimos años, el consumo de kombucha se ha popularizado entre las personas que llevan una vida saludable. Sin embargo, su origen se remonta a la época de la dinastía china Tsin, alrededor de los 220 años antes de Cristo, cuando los miembros de esta sociedad la bebían por sus efectos estimulantes y curativos.
Investigaciones médicas recientes señalan que esta bebida contribuye a la salud de diferentes órganos del cuerpo como el corazón, el hígado y los intestinos. También se le reconocen propiedades diuréticas, antioxidantes, antimicrobianas y antibacterianas.
Es importante saber que la kombucha resulta de la fermentación de una colonia de bacterias y levaduras, conocida como scoby. Por ende, su preparación debe realizarse con cuidado y detenimiento, pues el principal riesgo es que la bebida se convierta en caldo de cultivo para bacterias y hongos dañinos.
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Qué es kombucha
Kombucha es una bebida fermentada hecha de té endulzado. Generalmente se trata de té verde aunque hay quienes la preparan con té negro. Su sabor es natural, refrescante y gaseoso debido a los efectos de la fermentación.
Su ingrediente principal es el scoby, una colonia viva de bacterias y levadura que desencadena la fermentación al alimentarse de azúcar. Esta concentración de microorganismos libera bacterias probióticas que, al ser ingeridas, fortalecen el sistema digestivo e inmune.
No hay duda de que esta bebida está cargada de beneficios para la salud. Sin embargo, su preparación puede ser un camino de ensayo y error. Sobre todo, porque cuando no se toman las previsiones adecuadas, la fermentación puede interrumpirse o la bebida puede contaminarse con otras bacterias perjudiciales.
Cómo hacer kombucha en casa
Scoby: el ingrediente principal
Antes de comenzar a hacer kombucha, es necesario contar con scoby. Este cultivo de microorganismos se puede adquirir en tiendas especializadas, pero también prepararse en casa con algo de antelación.
Los ingredientes que necesitas para crear tu propio scoby son:
- 200 ml de kombucha natural. En España, Komvida y Biokombucha son excelentes fabricantes de kombucha natural
- 1 taza de azúcar
- 6 bolsitas de té verde o negro
- 4 tazas de agua
El primer paso es hervir el agua para preparar el té. Recomendamos dejar reposar las bolsitas de té en el agua durante 10 minutos para que se forme una infusión concentrada. Luego, añade el azúcar y disuelve muy bien.
Cuando la preparación se haya enfriado, viértela en un frasco de vidrio ancho y añade la kombucha. Tapa el frasco con un paño de algodón y sujétalo con una banda elástica, así evitarás el paso de insectos y polvo.
Coloca el frasco en un espacio ventilado y alejado de la luz solar. Esta preparación debe reposar durante 2 o 3 semanas sin moverse. Al pasar la segunda semana, verás que el scoby comienza a formarse en la superficie del líquido.
Retíralo del frasco cuando haya alcanzado el grosor de 1,5 cm. y conserva el líquido, pues será otro de los ingredientes de tu kombucha casera.
Pasos para preparar kombucha casera
Tan pronto tengas el scooby, hacer kombucha en casa es de lo más sencillo. Los ingredientes que necesitas son:
- 6 tazas de agua
- 4 bolsitas de té verde o negro
- ½ taza de azúcar
- Scoby
- 250 ml de líquido de arranque. Este es el líquido en el que se formó tu scooby casero aunque puede ser sustituido por 250 ml de kombucha natural.
Para comenzar, hierve el agua y añade el té y el azúcar. Remueve muy bien para diluir el azúcar y deja reposar hasta que se enfríe. Cuando se encuentre a temperatura ambiente, vierte la preparación en un frasco de vidrio y agrega el scooby y el líquido de arranque.
Tapa el frasco con un paño de algodón sujetado con una banda elástica. Coloca el frasco en un lugar oscuro y ventilado, y evita moverlo durante 5 días. Al quinto día, la kombucha está lista para tomar, pero puedes dejarla en reposo por algunos días más para obtener un sabor más intenso.
Para asegurarte de que tu kombucha es adecuada para el consumo, tanto el scooby como el líquido de la botella deben ser de colores claros y estar libres de manchas negras o blanquecinas. Estas tonalidades son signo de la presencia de hongos, por lo que deberás desechar todo y volver a comenzar.
Así mismo, recomendamos reservar una taza de kombucha para utilizar como líquido de arranque en futuras preparaciones, y reservar el scooby sumergido en un frasco con té dulce.
Propiedades de la kombucha
Contiene antioxidantes
Los antioxidantes son sustancias que combaten el efecto de los radicales libres, responsables del proceso de envejecimiento. Por ende, esta bebida ayuda a ralentizar la degeneración de las células.
Preserva la salud del hígado
La concentración de antioxidantes reduce la presencia de células dañinas en el cuerpo. En el hígado, esta bebida elimina las toxinas que producen su inflamación y deterioro.
Disminuye riesgos de infección
Durante la fermentación de kombucha, se libera ácido acético. Esta sustancia es capaz de matar microbios y bacterias perjudiciales antes de que sean absorbidas por el cuerpo. Por lo tanto, consumir esta bebida con regularidad previene infecciones.
Fortalece la salud intestinal
La kombucha es rica en probióticos, un tipo de microorganismo que favorece la salud de los intestinos y los procesos del sistema digestivo. Estos equilibran la flora intestinal, optimizan la absorción de nutrientes y previenen daños en la mucosa.
Mejora la salud cardiovascular
Beber kombucha con frecuencia contribuye en la reducción del nivel de colesterol malo, principal desencadenante de los padecimientos del corazón. Por lo tanto, combinar esta bebida con un estilo de vida saludable previene enfermedades cardíacas.
Ayuda a perder peso
Cuando se prepara con té verde, la kombucha tiene propiedades termogénicas que aceleran el metabolismo y contribuyen en la eliminación de tejido adiposo. Por ello, se aconseja su consumo en personas que quieran bajar de peso.
Los beneficios de esta bebida en la salud son realmente gratos. Además, como hemos visto, lo mejor de la kombucha es que puede prepararse en casa con algo de dedicación y siguiendo las recomendaciones adecuadas.