El Cordyceps se consume en Asia desde la edad media, pues fue descubierto en el Tíbet durante esa época. Se dice que algunos pastores notaron que sus animales estaban muy enérgicos, con muchas fuerza y vitalidad. Entonces, se dieron cuenta que comían un hongo de aspecto largo y escuálido.
A raíz de este descubrimiento, los pastores comenzaron a preparar infusiones con este hongo que hoy, se conoce como Cordyceps. Al poco tiempo, se sintieron tan enérgicos como sus animales, por lo que la costumbre se mantuvo y se extendió.
A simple vista, uno de los aspectos que más llama la atención sobre este hongo es que crece a partir de insectos como hormigas, orugas o arañas. Esto se debe a que las esporas del hongo invade el cuerpo de estos insectos. Al cabo de unos días, el Cordyceps comienza a crecer, destruyéndolos por dentro. Es por esta razón que se le llama “hongo parásito”.
¿Qué es el cordyceps?
El Cordyceps es un hongo parásito que crece dentro de gusanos, arañas, larvas, hormigas y orugas. Durante su crecimiento, se alimenta del interior del animal hasta que lo mata y es entonces, cuando emerge al exterior con ramificaciones de forma alargada y color naranja.
Es uno de los productos naturales más costosos del mundo, dado que su producción artificial requiere un largo periodo de tiempo e implica un coste económico importante. En 2012, un kilo de Cordyceps llegó a costar 140.000 dólares.
No obstante, su gran demanda y poca disponibilidad silvestre ha generado la sobreexplotación de esta especie. Y por ello, en 1999, fue declarada como especie en peligro de extinción.
Este hongo parasitario solo se da en el continente asiático. Específicamente; en la India, Nepal, las montañas del Tíbet y algunas regiones en China. En estas zonas, se han reconocido hasta 500 especies de Cordyceps. Sin embargo, solo dos son aptas para el consumo humano.
Beneficios del Cordyceps
A pesar de su extraña apariencia y modo de reproducción, el consumo de Cordyceps reserva grandes beneficios para la salud. Entre ellos, se reconoce que:
Brinda energía y vitalidad
El consumo prolongado de Cordyceps aumenta la cantidad de glucógeno reservado en el hígado y en los músculos. Esta sustancia sirve de combustible para realizar actividades diarias, así que un aumento en su concentración implica más energía.
También se sabe que este hongo aumenta el uso de oxígeno y elimina el ácido láctico. Por lo tanto, se disminuye la posibilidad de sentir fatiga y cansancio. Gracias a ello, es muy utilizado por deportistas y atletas que necesitan aumentar su rendimiento físico.
Ralentiza el envejecimiento
Este hongo contrarresta el efecto oxidativo en las células, por lo que se prolonga su periodo de vida y se evitan enfermedades propias del deterioro del cuerpo.
Actúa como un afrodisíaco natural
Este es uno de los motivos más comunes de consumo de Cordyceps. Su efecto vigorizante combate la disfunción eréctil e incluso, sirve para aumentar la fertilidad.
Disminuye las inflamaciones
Tomar la infusión de este hongo tiene un efecto antiinflamatorio sobre golpes, moratones y heridas gracias a que reduce la concentración proteínas en la zona afectada. Este efecto también ha sido utilizado para tratar inflamaciones respiratorias como el asma.
Preserva la salud del corazón
El Cordyceps protege el tejido cardíaco debido a que mejora el flujo sanguíneo y disminuye el estrés oxidativo de las células cardíacas. Por ello, se reducen las posibilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares e infartos.
Además, se ha demostrado que disminuye la concentración de colesterol malo y triglicéridos, lo que también favorece al corazón.
Regula los niveles de azúcar en sangre
La especie Cordyceps Militaris tiene la capacidad de actuar como lo hace la insulina en el metabolismo del azúcar. De este modo, consumirla es muy útil para quienes tienden a tener los niveles de glucosa elevados.
Provee un efecto anticancerígeno
Este beneficio fue hallado en una prueba de laboratorio, por lo que aún no se ha comprobado en personas. Sin embargo, los resultados obtenidos indican que el Cordyceps Militaris podría inhibir el crecimiento de células cancerígenas, así como la formación de tumores.
Reduce la depresión
El Cordyceps Sinensis, una de las tantas variantes de esta especie, aumenta los niveles de dopamina y adrenalina. Estas hormonas son responsables de sensaciones placenteras y vigorizantes, por lo que se apaciguan los síntomas de la depresión.
Cuida la salud del hígado
La cepa Sinensis de este hongo disminuye la inflamación del hígado y mejora la función de sus células. Incluso, evita la fibrosis del tejido, de modo que representa una alternativa natural para prevenir la cirrosis.
Cómo consumir Cordyceps
Existen dos formas de consumir este hongo. Con su variedad silvestre, se preparan infusiones en las que se toma el caldo y el hongo cocido. También se puede comer troceado en las comidas.
Sin embargo, conseguir Cordyceps silvestre puede resultar complicado y costoso, debido a su poca disponibilidad y alto precio. Por ello, es más común consumirlo en su variedad artificial que es elaborado en laboratorios y forma parte de suplementos alimenticios en forma de cápsulas o polvo.
Para que los suplementos de Cordyceps conserven su calidad nutricional, elige cápsulas que contengan el polvo del hongo y evita los comprimidos. También es recomendable evitar los suplementos que contengan maíz, azúcar o soya. Estos ingredientes son utilizados para rellenar las cápsulas con el fin de hacerles creer a los compradores que están llenas de polvo de hongo.
Vale destacar que existen muchos suplementos alimenticios elaborados con Cordyceps artificial. Algunos se combinan con otros ingredientes como el gingko biloba y el ginseng. Consumirlo de esta forma es más beneficioso para el organismo que en su forma silvestre debido a que no contiene partes del cuerpo de ningún insecto.
Además, la elaboración de Cordyceps en laboratorios es más sostenible que su cosecha, puesto que se considera especie en peligro de extinción.