Dieta vegetariana para reducir el colesterol

El aumento de los niveles de colesterol en el organismo puede deberse a factores endógenos (por causas genéticas) o exógenos (los alimentos que ingerimos). En el primer caso, poco se puede hacer, pero en el segundo, mucho. Esto significa que, obviamente, una dieta basada en el consumo de grasas de origen animal, será más propicia a ocasionar un incremento del colesterol en el individuo, al ser grasas saturadas y poco saludables para el organismo. Por su parte, las grasas que se obtienen en una dieta vegetariana son más sanas y, además, están asociadas a uno niveles bajos de colesterol.

Es más, según estudios recientes, la dieta vegetariana podría reducir considerablemente el colesterol “malo” (LDL), aunque también el considerado “bueno” (HDI). Esto puede explicarse por la composición de esta dieta en comparación con una omnívora.

Esta última incluye productos cárnicos, lo que significa presencia de grasas saturadas y procesadas. Nos estaríamos refiriendo a carnes rojas, huevos y lácteos. Todos estos alimentos son ricos en grasas saturadas y, por ende, se vinculan con el aumento del colesterol malo. Y esto, por no hablar de las grasas trans, presentes en los fritos y en la comida rápida (hamburguesas, perritos…) que no ofrecen ningún nutriente en absoluto y son perjudiciales para el corazón y la salud en general.

En contraposición, la dieta vegetariana (especialmente aquella que solo incluye alimentos de origen vegetal) se compone de dos tipos de grasas, ambas saludables para el organismo: grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas. Las primeras se encuentran, por ejemplo, en el aceite de oliva, mientras que las segundas, en el de girasol o en la soja.

Beneficios inmediatos de una dieta vegetariana

De acuerdo al estudio mencionado anteriormente, los beneficios de la dieta vegetariana se notan de manera instantánea. Unos mayores niveles del colesterol malo se asocian a más posibilidades de sufrir una enfermedad cardiovascular, que podría derivar, en última instancia, en un infarto. Así, una menor presencia de grasas saturadas en el organismo dará como resultado una presión arterial más baja y, por ende, un menor riesgo de sufrir un infarto.

Pero no es todo porque una dieta a base de vegetales también es la recomendable para quienes deseen perder peso.

Con esto no estamos diciendo que haya que eliminar la totalidad de las grasas animales de nuestros hábitos alimentarios. Aunque pueda parecer lo contrario, lo cierto es que las grasas son tan importantes para el individuo como lo puedan ser los carbohidratos o las proteínas. Pero no deberían representar más del 6% del total de las calorías ingeridas diariamente.

Alimentos para reducir el colesterol malo

Una dieta que contribuya a reducir el colesterol debería incluir abundancia de fibra, grasas insaturadas y antioxidantes. Por su parte, debería reducir las grasas saturadas, presentes en las carnes rojas, mantequillas, quesos, leche entera o huevos, y eliminar totalmente las grasas trans.

Recapitulando, para gozar de una vida saludable y alejada del colesterol, es recomendable aumentar la ingesta de:

Fibra

La fibra ayuda a regular el tránsito intestinal y ayuda a controlar los niveles de colesterol. Algunos de los alimentos con más fibra son los cereales, las legumbres y frutas como las frambuesas, peras o manzanas.

Grasas insaturadas

Contribuyen a incrementar el colesterol bueno y son fuente de energía. Las encontrarás en los aceites vegetales, los frutos secos y algunos tipos de pescado azul.

Antioxidantes

Ciertas vitaminas realizan una función antioxidante muy importante para el organismo, pues se encargan de limpiarlo de impurezas. Algunos antioxidantes son la vitamina C (naranjas, limones…) y la vitamina E (nueces, semillas de lino, de girasol, etc.).