El Dóberman se dio a conocer en Alemania en 1885, por lo que se dice que la historia de dicha raza no es tan antigua. Allí, lo llaman “Dob” de cariño. Debido a su parecido; se cree que el Rottweiler, el Pinscher y el Pastor de Beauce podrían ser sus antecesores.
El espíritu leal, inteligente y guardián del Dóberman incluso le llevó a participar en la Primera Guerra Mundial. Más de 6000 ejemplares de esta raza apoyaron a los alemanes con su fuerza, agilidad y resistencia. Estas cualidades permanecen hoy en día, como las principales características de este perro.
Con solo verlo, se puede apreciar que el Dóberman tiene un gran porte y musculatura. Por ello, suele intimidar a algunas personas. A esto se le suma que existen muchos mitos y creencias populares alrededor de esta raza. A continuación, conoceremos todo acerca de esta raza de perro para que no te dejes llevar por prejuicios y admires sus fortalezas y bondades.
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Características físicas del Dóberman
Los Dóberman machos suelen tener una altura de 65 a 70 cm, mientras que las hembras alcanzan unos 60 o 65 cm. En cuanto a su peso, lo machos pueden llegar a pesar hasta 45 kg y las hembras, unos 35 kg. Como ves, es un perro grande y algo pesado.
Su pelo es corto, suave y fino. Por lo tanto, necesita cuidados de higiene y aseo sencillos. Suele ser de color negro o marrón con manchas pardas alrededor del hocico, en el pecho y las patas. Como dato curioso, existe el Dóberman blanco y aunque se ve muy bonito, requiere cuidados especiales de salud.
Su color claro y sus ojos azules se deben a una mutación genética que suprime la proteína que pigmenta la piel. Por ello, al exponerse mucho al sol, este tipo de Dóberman podría desarrollar cáncer de piel. Si estás interesada en esta variedad, recomendamos tomar las previsiones adecuadas.
Otro de los rasgos distintivos de los Dóberman son sus orejas caídas. Algunas personas, para hacerlos ver más intimidantes y agresivos, se las cortan en forma puntiaguda. Sin embargo, esta práctica se considera crueldad animal y está penada por la ley.
Esta raza cuenta con una cabeza alargada y un cuerpo musculoso. Sobre todo, cuando mantienen un vida enérgica. Ladran con poca frecuencia, ya que reservan su voz para cuando quieren apuntar algo o se sienten en amenaza. Tampoco son perros de excavar, babear o roncar. Además, disponen de una esperanza de vida de unos 10 a 14 años.
Carácter del Dóberman
El Dóberman tiene una personalidad obediente y protectora. También muy astuta para acatar órdenes y comprender lo que sucede a su alrededor. Esta raza se caracteriza, además, por su lealtad. Incluso, los expertos señalan que es común que se sientan más identificados con una persona en específico.
Por otra parte, a estos perros les gusta mucho la actividad física. Disfrutan de los espacios amplios para correr y de los ejercicios de entrenamiento que desarrollan su musculatura. Por esta razón, no son recomendables para hogares de tamaño reducido.
Cómo vivir con un Dóberman
Unas de las características esenciales de esta raza son su fuerza y energía. Por ello, lo mejor es contar con un lugar espacioso donde puedan correr y ejercitarse. Cuando los Dóberman no gastan su energía diaria, pueden irritarse y volverse agresivos debido a la frustración.
Para que sean perros obedientes y amigables, se aconseja adiestrarlos desde temprana edad. Así, se mantienen disciplinados el resto de su vida. Los expertos sugieren que el mejor entrenamiento para los Dóberman son aquellos que exigen el cumplimiento de tareas puntuales, dado que ayudan a que el perro reconozca y respete a las figuras de autoridad.
Por su parte, los entrenamientos en protección no son buenos, ya que estos perros son naturalmente guardianes. Ello les generaría problemas de sobreprotección con su dueño y agresividad con terceros.
Consejos para preservar su salud
Se presume que algunos Dóberman tienden a sufrir problemas de estómago derivados de algún factor genético. Para evitar estas complicaciones, lo mejor es proporcionarles una alimentación saludable y de fácil digestión.
Así mismo, pueden padecer de problemas cardíacos. Específicamente, soplos en el corazón. Por tal motivo, si bien a los dóberman les encanta la actividad física, no se les debe exigir demasiado.
Cuando el perro se siente cansado, se le debe permitir un descanso. De esta manera, evitamos que su corazón trabaje más allá de sus capacidades y sufra infartos.
Cuidados de un Dóberman
Como hemos mencionado, el Dóberman necesita espacios amplios para correr y agotar su energía diaria. Esta no es una raza que deberías tener atada, pues podrías ocasionarle frustración, rabia y agresividad.
En cambio, es obligatorio sacarlo a pasear. Basta con una hora de caminata o unos 20 minutos de trote para que libere el estrés y la energía acumulada.
Ten en cuenta también que, debido a la cantidad de actividad física que realiza diariamente, suele tener un gran apetito. Por tanto, es importante servirle una ración adecuada de comida que lo mantenga sano y fuerte.
En cuanto a su higiene, su pelaje corto y sedoso no retiene mucha suciedad, así que un baño mensual es suficiente para mantenerlo limpio. Además de ello, uno o dos cepillados a la semana bastan.
Leyendas y creencias populares sobre los Dóberman
Seguramente, has escuchado que el Dóberman es una de las razas más peligrosas. Esta leyenda también gira entorno al Pitbull y al Rottweiler. Sin embargo, no se puede determinar con certeza que esto sea cierto.
El Dóberman es fuerte y musculoso, pero la agresividad no es una característica innata. Como cualquier otro perro, puede volverse agresivo debido a su crianza y a los tratos que reciba. Por lo tanto, un Dóberman adiestrado y educado nunca sería un perro peligroso.
Otra creencia popular sobre esta raza es que su cerebro crece tanto que llega el momento en que no cabe en su cráneo, entonces se vuelven locos. Debemos decir que esto es falso, pues no hay evidencia científica que lo compruebe.
Existen muchos prejuicios sobre el Dóberman y otras razas que, muchas veces, nos impiden reconocer las bondades de cada perro. Lo importante es no dejarse llevar por mitos y darles la oportunidad de demostrar sus fortalezas.