Emociones básicas imprescindibles en la vida y en las relaciones

Las emociones básicas aparecen de manera natural y espontánea en la vida de cada ser humano. Contrario a lo que algunos piensan, no se aprenden. Son innatas, así que todos nacen con ellas.

Aunque a veces experimentar emociones parece un obstáculo para tomar las acciones o las decisiones correctas, la verdad es que las emociones básicas son esenciales para la vida.

Son las que nos indican cuando algo es bueno, malo o peligroso. Por lo tanto, nos ayudan a adaptarnos al entorno y a actuar rápidamente. Gracias a ellas, somos capaces de alejarnos de personas y situaciones de riesgo, o simplemente aproximarnos a circunstancias que generan bienestar.

Entre las emociones básicas, se encuentran: la ira, el miedo, la sorpresa, el asco, la alegría y la tristeza. También se conocen como emociones primarias, ya que dan origen a todas las demás.

Características de las emociones básicas

Las emociones son las respuestas que damos a estímulos del exterior que pueden entenderse como positivos o negativos. Es por estas reacciones que después de pasar tiempo con amigos, nos sentimos felices o al hablar con alguien malhumorado, nos sentimos mal.

Algunas de las características principales de las emociones básicas son:

  • Nunca desaparecen, acompañan a las personas hasta su muerte.
  • Se contagian a las personas del entorno. Si alguien ríe, es muy probable que quienes lo rodean sonrían.
  • Son universales, de modo que se encuentran en personas con diferentes culturas e idiomas.
  • Se expresan desde el nacimiento. Por eso, los bebés ríen y lloran desde su nacimiento.

Las seis emociones básicas

Las emociones más que reacciones, son estados físicos que se producen tras un cambio en el ambiente donde el sujeto se encuentra. Además, a lo largo de la historia, han ayudado a la especie humana a adaptarse a nuevos ambientes, relacionarse con otros y evolucionar.

El primero en identificar las emociones básicas fue el psicólogo Paul Eckman, en 1970. Más tarde, otros estudios determinaron que de ellas se derivan 27 emociones secundarias como el placer, el orgullo y la culpa.

Los especialistas concuerdan en las emociones básicas son seis y se identifican como:

Ira

Esta emoción surge cuando la persona se ve sometida a situaciones de conflicto, frustración o injusticia. Cuando se siente ira, se desencadenan otras reacciones en el organismo. Las más notorias son:

  • Aumento en el ritmo cardíaco y el tono muscular
  • Sudoración excesiva
  • Amplitud respiratoria

Además, aumenta la adrenalina en la sangre, lo que disminuye la capacidad cognitiva momentáneamente.

Aunque la ira se ha catalogado como una emoción negativa, ayuda al ser humano a defenderse cuando ha sido vulnerado. Incluso dota al organismo de recursos para el ataque y la defensa.

Mujer sorprendida, una de las emociones básicas del ser humano
Emoción básica, la sorpresa

Sorpresa

La sorpresa es la respuesta a una situación novedosa, inesperada o extraña. Esta emoción suele acompañarse de incertidumbre y de la sensación de tener la mente en blanco.

En el cuerpo, esta emoción se presenta con:

  • Aceleración momentánea del ritmo cardíaco
  • Aumento del tono muscular
  • Amplitud respiratoria
  • Una vocalización espontánea con tono de voz alto

En ocasiones, también se presentan gestos involuntarios y una risa nerviosa.

Entre las emociones básicas, la sorpresa es la que nos permite mantenernos concentrados en una situación desconocida. De esa forma, estamos preparados para analizarla, comprenderla y enfrentarla.

La alegria es una de las emociones básicas más importantes
Emoción básica, la alegría

Alegría

La alegría se presenta por situaciones de gozo, satisfacción y agrado. Se considera la emoción más positiva que experimentan las personas.

Cuando una persona se siente alegre, el ritmo cardíaco aumenta levemente y su respiración es más controlada. Sin embargo, lo más notable es su semblante de satisfacción que se evidencia con sonrisas.

Esta emoción libera dopamina y endorfinas, sustancias químicas asociadas a la sensación de placer. Por ello, la alegría funciona como recompensa para los grandes esfuerzos y se considera un gran incentivo para la acción, ya que las personas siempre buscan volver a experimentarla.

Asco

Esta emoción se produce cuando las personas se exponen a sensaciones o imágenes desagradables. En su máxima expresión, el asco se acompaña de náuseas, tensión baja, e incluso desmayos.

Cuando una persona siente repulsión o asco por algo, experimenta un aumento de la presión sanguínea, y un erizamiento de la piel. También puede producir una gran tensión muscular.

El asco es una de las emociones básicas más importantes para la supervivencia. Sobre todo, porque prepara al cuerpo para el rechazo o el alejamiento de aquello que le genera repulsión o lo puede perjudicar.

Miedo

El miedo es la respuesta a las situaciones de peligro. Se considera una emoción negativa, ya que se relaciona con la aversión y con la necesidad de escapar de circunstancias que pueden dañarnos.

Se manifiesta acompañada de preocupación, temor, angustia y ansiedad. El cuerpo se prepara para la huida, así que la respiración y el ritmo cardíaco se aceleran.

De todas las emociones básicas, el miedo es el que tiene más valor evolutivo. Nos prepara para escapar, resguardarnos de una amenaza e incluso enfrentarla si es necesario. También nos enseña a evitar situaciones de riesgo en el futuro.

Tristeza

La tristeza se presenta al experimentar pérdida, duelo, engaño y desaliento. Las personas tristes andan cabizbajas y no sienten ánimos para hacer sus actividades cotidianas.

Las personas a su alrededor pueden notar que se mantienen apáticos y con un semblante desanimado. Aunque la tristeza es una emoción desalentadora, nos ayuda a economizar recursos y evitar hacer esfuerzos innecesarios.
Este efecto es especialmente útil cuando lo que genera la tristeza es una causa que no podemos controlar ni cambiar. El fallecimiento de un ser querido es un ejemplo de ello.

Otra de las funciones de esta emoción es ayudarnos a centrarnos en nosotros mismos y finalmente, pedir ayuda.

Por todo esto, las emociones básicas son necesarias para nuestra supervivencia y nuestra relación con los demás. Sin ellas, no podríamos evolucionar como especie ni adaptarnos a las situaciones que vivimos.