Gertrude B. Elion bioquímica premio Nobel

Gertrude B. Elion fue una destacada farmacéutica y bioquímica de origen estadounidense. Su abuelo, quien murió de cáncer cuando Elion aún era una adolescente, fue su inspiración para dedicarse a la ciencia. Después de presenciar el sufrimiento que le generó la enfermedad a su familiar, se juró que encontraría la forma de evitar que otros pasaran por lo mismo.

Aunque la farmacéutica no dio con la cura del cáncer, hizo grandes hallazgos para el tratamiento de leucemia, VIH, herpes, malaria y otros padecimientos. Así mismo, dio con la fórmula de medicamentos como el aciclovir, alopurinol, purithenol y trimetropina. Todos usados a diario en la práctica médica en todo el mundo.

Siendo una de las pocas mujeres dedicadas al estudio de la bioquímica, se enfrentó a la discriminación de género por parte de universidades, laboratorios y colegas. Transcurría 1937 y Gertrude B. Elion, recién graduada de Química, no encontraba a nadie que la tomara en serio.

Después de haber sido rechazada unas cuantas veces, un laboratorio químico le ofreció un trabajo no remunerado como asistente. Ese fue uno de los primeros pasos de quien; años más tarde, sería titular de 1 premio Nobel, 45 patentes y 23 títulos honoríficos.

Así comenzó la vida de Gertrude B. Elion

Elion nació el 23 de enero de 1918 en Nueva York junto con su hermano menor y sus padres, quienes eran inmigrantes europeos. Durante su infancia y adolescencia; fue curiosa, aplicada en la escuela e intrigada por el conocimiento.

Fue muy unida a su abuelo hasta que enfermó y falleció de cáncer. Para Elion, el suceso fue el primer incentivo para dedicar su vida a la bioquímica, pues tenía la esperanza de encontrar la cura de esta enfermedad.

Así, Gertrude B. Elion, de 15 años, inició sus estudios en Química en Hunter College, un instituto público de la Universidad de Nueva York. Sus padres no tenían suficiente dinero para costear sus estudios universitarios, pero gracias a su destacado récord académico, obtuvo una beca. Así, se tituló a la temprana edad de 19 años.

Lamentablemente, al graduarse, la científica se encontró con lo que llamó “una pared de ladrillos”. Para entonces, el campo de la Química estaba dominado por hombres y, como consecuencia, fue víctima de discriminación y muchas veces fue subestimada.

Su primer empleo fue apenas como asistente de laboratorio y no recibía ningún salario a cambio. También fue analista de alimentos y maestra de secundaria para poder costearse su maestría en Química, la cual completó en 1941.

Logros farmacéuticos de Gertrude Elion

Un golpe de suerte

A pesar de los obstáculos, Gertrude B. Elion se mantuvo visionaria y optimista. Como recompensa, durante el estallido de la Segunda Guerra Mundial y el alistamiento de muchos hombres al ejército, las mujeres comenzaron a cubrir puestos laborales vacíos.

Fue entonces cuando se unió al equipo del laboratorio farmacéutico Burroughs Wellcome, donde conoció y fue asistente del bioquímico George H. Hitchings. Las investigaciones que hicieron juntos fueron grandes propulsoras de su carrera y posterior reconocimiento. Entre sus hallazgos, resaltan:

  • Fórmula del Aciclovir para curar el herpes
  • Síntesis del Alopurinol para tratar la gota
  • Pirimetamina como medicamento para la malaria
  • Trimetoprima para el tratamiento de la meningitis y otras afecciones bacterianas
  • Purinethol para combatir la leucemia
  • Adaptación de la Azidotimidina como primer tratamiento para el VIH
  • Azatioprina para disminuir el riesgo de rechazo en transplantes de órganos y mitigar los efectos de la colitis ulcerosa y la artritis reumatoide

Elion, junto con Hitchings, desechó el tradicional modelo de ensayo y error, y se dedicó a estudiar las células patógenas y diseñar medicamentos para tratarlas. Gracias a este método, dio con la mercaptopurina, un fármaco que aumentó la esperanza de vida en los niños diagnosticados con leucemia.

En ese laboratorio, Gertrude B. Elion tuvo sus primeros y más significativos acercamientos con la bioquímica, la farmacología, la virología y la inmunología.

Honores y reconocimientos

Elion dedicó toda su vida al estudio de la bioquímica. A pesar de se retiró en 1983, siguió supervisando el desarrollo de medicamentos hasta su muerte. Hoy en día, sus descubrimientos continúan salvando vidas y aliviando el dolor de muchos.

En 1967, llegó a ocupar el cargo de Jefe del Departamento de Terapia Experimental. Para Elion, su labor allí era su misión de vida. Nunca se casó, ni tuvo hijos. Incluso cuando tuvo la oportunidad de cursar un doctorado a tiempo completo en la Universidad Politécnica de Nueva York, se negó.

Su dedicación siempre tuvo recompensa, pues, en 1989, esta casa de estudios le otorgó un doctorado honorario por su destacada carrera. Por su parte, la Universidad de Harvard la premió con un título honorífico en 1998.

Anteriormente, en 1988, Gertrude B. Elion había recibido el premio Nobel en Medicina, en honor al descubrimiento de la Azatioprina en compañía de su colega Hitchings. La científica llegó a ser la titular de 45 patentes y 23 títulos honoríficos.

3 años más tarde, Elion recibió la Medalla Nacional de la Ciencia. Así, se convirtió en la primera mujer en formar parte del Salón de la Fama de los Inventores Nacionales de Estados Unidos. Sin embargo, sus hallazgos tuvieron repercusión en todo el mundo, ya que, en 1995, fue elegida como miembro de la Royal Society de Reino Unido.

Una mujer llena de humanismo y sensibilidad

Elion contó, en 1997, que nunca sintió la necesidad de irse de vacaciones o de separarse de su trabajo. El laboratorio fue su segundo hogar y estaba satisfecha por sus logros.

Nunca olvidó aquello que la inspiró a iniciar su camino en la ciencia: el cáncer que se había llevado la vida de su abuelo. No encontró la cura para esta enfermedad, pero sí el tratamiento para muchas otras. Gracias a ello, el tiempo invertido en el laboratorio cobró todo el significado del mundo.

Gertrude B. Elion, aplaudida por la academia debido a su gran espíritu investigador, falleció el 21 de febrero de 1999. No obstante, su legado siempre brillará, ya que no solo ayudó a mejorar la vida de muchos enfermos sino que le abrió las puertas a muchas otras mujeres en el campo de la investigación científica.