El acoso a través de internet es uno de los métodos más utilizados por los depredadores sexuales. El objetivo de estas personas es establecer relaciones de amistad con jóvenes entre 11 y 15 años para finalmente, manipularlos y abusar de ellos.
Esta práctica se denomina grooming, y es cada vez más utilizada porque los jóvenes tienden a confiar más en extraños por internet que en quienes conocen en la vida real. De esta forma, se convierten en presas fáciles para los groomers, los perpetradores de estos hechos.
Los groomers, también llamados acosadores virtuales, son expertos en la manipulación y el engaño. Por ello, saben cómo camuflarse y hacerse amigos de sus víctimas.
En un principio, se muestran confiables y amigables. Luego, simulan estar interesados en la vida personal de los jóvenes. Incluso les aconsejan y parecen estar atentos a sus necesidades. Una vez que se han ganado su confianza, comienzan los sobornos sexuales y el abuso.
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Qué es el grooming
El grooming es un término muy reciente. Se refiere a un tipo de acoso realizado por adultos a menores de edad mediante redes sociales. Los acosadores utilizan perfiles falsos y se hacen pasar por otros jóvenes para engañar a sus víctimas.
De acuerdo con la Asociación Española de Pediatría (AEPED), este acoso suele ser perpetrado por hombres casados, aunque también se han registrado casos de mujeres acosadoras. Estas personas se aprovechan de la inocencia y la credulidad de los niños para finalmente, abusarlos o explotarlos sexualmente.
Por lo general, los groomers tienen una cuenta falsa en la red social, no revelan su edad e incitan a los jóvenes a guardarles secretos a sus padres. De ese modo, los convencen para enviar fotografías o videos subidos de tono.
Algunos patrones característicos del grooming son:
- Es realizado por adultos hacia menores de edad
- Suele ocurrir a través de Facebook e Instagram
- La identidad del acosador permanece oculta
- Involucra engaño y manipulación
- Cuando los acosadores se ganan la confianza de los jóvenes, fomentan la exploración sexual y la pornografía
Lo más alarmante sobre este tipo de acoso es que los groomers se enfocan en conocer muy bien a sus víctimas. Desde sus debilidades hasta sus necesidades. Sobre todo, con el objetivo de convertirse en sus cómplices, amigos y confidentes.
Fases del grooming
El grooming presenta tres fases características. Son las etapas que les permiten a los acosadores tener mayor efectividad y control total sobre sus víctimas.
1. Inicio de la amistad
Lo primero que hacen los groomers es comenzar a crear vínculos de amistad con la víctima. En esta primera fase, buscan conocerla a profundidad. Además, nunca dicen su verdadera edad y se presentan con fotos falsas que resultan atractivas para la víctima.
Para establecer la amistad, los acosadores mantienen conversaciones con los jóvenes. Así, se ganan su confianza, descubren sus intereses, gustos y qué lugares suelen frecuentar. Toda esa información la utilizan para parecer familiares y confiables.
En esta etapa, los groomes convencen a los jóvenes de no comentar nada a sus padres o amigos con la excusa de que nadie los entendería o que se trata de una relación especial que debe permanecer en secreto. Con esta mentira, evitan que terceros intervengan.
2. Fidelización
En esta segunda fase, los acosadores buscan establecer una relación más íntima con sus víctimas. Por lo tanto, es común que les hagan confesiones personales o les cuenten sus secretos para recibir lo mismo de parte de los jóvenes.
En general, todo lo que dicen es mentira, pero les funciona para aumentar el grado de confianza de las víctimas hacia ellos.
Otra de las cosas que hacen los groomers es enviar fotos con preguntas como: “¿Qué tal me veo con esta ropa?”, “¿Cómo me veo hoy?”. Así, consiguen que los jóvenes hagan lo mismo y se sientan en compañía de un confidente.
Esta etapa es crucial. Llegados a este punto, los groomers conocen con profundidad las debilidades y los detalles más íntimos y privados de sus víctimas. De esa forma, les hacen creer que de verdad son sus amigos.
3. Manipulación
Esta es la fase más delicada y preocupante del grooming. Después de todas las confesiones, las conversaciones suben de tono e inicia la explotación y la manipulación sexual.
Entonces, los acosadores piden a sus víctimas que les envíen fotos desnudos e incluso videos. También les sugieren que hagan algunas poses explícitas o que les muestren ciertas partes de sus cuerpos, y los jóvenes engañados cumplen sus deseos.
Cuando todo esto ocurre, los groomers manipulan a las víctimas para que no cuenten nada a nadie. Los amenazan y les hacen sentir vergüenza por lo que dirían sus padres o sus amigos dirían si se enteraran.
En los casos más extremos, los acosadores acuerdan un encuentro con los jóvenes en la vida real. Es así que el grooming puede terminar en secuestro, violación o explotación infantil.
Cómo prevenir el grooming
Como padres, debemos educar a los más jóvenes sobre los peligros que existen en la web. Especialmente ahora que la mayoría de ellos lleva un perfil activo en redes sociales.
Las mejores formas para evitar este tipo de acoso son:
- Crear un ambiente de confianza y diálogo en el hogar. De esta manera, el joven sentirá que puede contarle todo lo que le sucede a sus padres
- Supervisar el acceso de los jóvenes a internet. Además, se pueden implementar ciertas restricciones en el navegador para hacerlo más seguro
- Estar atento a las conductas inusuales de los jóvenes. Principalmente, cuando usan sus móviles.
Signos de que un niño es víctima de grooming
Algunas de los signos más comunes en una víctima de grooming son:
- No quiere salir de su cuarto
- Habla poco, cuando antes se expresaba con mayor facilidad
- No quiere que se le acerquen cuando usa su PC, móvil o tablet
- Se encuentra en un permanente estado de alarma o preocupación
- Comienza a notarse nervioso y paranoico
- Llora por la noches
- No quieren hablar con sus amigos o realizar las actividades que antes le gustaban
- Baja su rendimiento académico
Si tu hijo presenta tres de estas características, es importante que hables con él y lo lleves a un especialista. Quizás no sea víctima de grooming, pero son señales de alarma que no podemos dejar pasar.