Hoy, tiempo después de su muerte —7 de noviembre de 2019—, Margarita Salas está en boca de todos. Ningún diario ha dejado de publicar la apasionante vida de esta científica que revolucionó ciencia en España y en Marca de Mujer no hemos querido ser menos. Creemos fundamental hablar de una persona tan importante para la ciencia en general, y para la investigación en nuestro país, en particular, así como por ser una figura de representación femenina de la ciencia española.
Que la muerte de Margarita Salas ocupara páginas en diarios y minutos en los principales noticieros del país no solo es producto de su intachable trayectoria como científica y de sus averiguaciones, también tiene que ver con que era mujer y todo lo que ello suponía en la España en la que ella desarrolló su carrera.
¿Por qué ha sido tan importante Margarita Salas para ciencia?
En 1963 se doctoró en bioquímica y al poco tiempo marchó a Nueva York junto con su pareja, Eladio Viñuela, también científico. Allí, ambos trabajaron con Severo Ochoa, Premio Nobel de Fisiología y Medicina.
A la vuelta de las Américas, Salas creará en 1967 el primer grupo de investigación en genética molecular de nuestro país en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
En estos momentos centraría su carrera en la investigación por la que hoy en días es más conocida: el virus Phi29. Las investigaciones acerca de este bacteriófago —virus que infectan bacterias— le llevó a descubrir una proteína (ADN polimerasa) que podía amplificar el material genético de una manera rápida y fácil lo que supuso toda una revolución.
La aplicación principal de este mecanismo molecular por el que se replica el material genético a partir de una enzima es muy útil en la oncología, medicina forense, genética y arqueología. Salas, patentó su descubrimiento en 1989 en EEUU y más tarde, en 1997 en España a nombre del CSIC, lo que ha supuesto grandes ingresos a este organismo.
En un principio, comenzó el estudio sobre el virus Phi29 con su compañero Viñuela, quien más tarde prefirió abandonar esta investigación y dedicarse a otras viendo que Margarita Salas era conocida en el exterior como la “mujer de”, por lo que prefirió hacerse un lado y que la bioquímica fuera reconocida por sus propios méritos, tal y como ha sucedido a lo largo de su vida.
Entre los años 1968 y 1992 fue profesora de Genética Molecular en la Facultad de Química de la Universidad Complutense de Madrid, siendo reconocida, también, por su labor como formadora además de por sus más de 300 publicaciones en medios de gran alcance científico internacional.
Desde 1974 trabajaba en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa donde acudía cada día hasta su fallecimiento a los 80 años. En 1988 la nombraron presidenta de la Sociedad Española de Bioquímica, en 1992 se convirtió en directora del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa y 2007 entró a formar parte de la Academia Nacional de Ciencias de EEUU, siendo la primera mujer de nuestro país en hacerlo. Tampoco podemos olvidar su paso por la Real Academia Española en 2003 y su dirección del Instituto de España entre 1995 y 2003.
Ha sido nombrada doctora honoris causa por varias universidades como la Pontificia de Salamanca, la Universidad de Burgos, la Universidad de Málaga, Universidad de Jaén, la Universidad de Oviedo o la de Extremadura, entre otras.
Premios y reconocimientos de Margarita Salas
La científica a lo largo de su vida ha acumulado diversos premios y reconocimientos a su labor como mujer científica. Entre ellos podemos encontrar:
- Premio Leonardo Torres Quevedo.
- Premio Santiago Ramón y Cajal.
- Premio Heroína Charter 100.
- Premio a los Valores Humanos del Grupo Correo de Comunicación.
- Distinción de la Fundación Ciencias de la Salud en Virología.
- Premio L’Oreal Helena Rubinstein-UNESCO “Women in Science”.
- Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo.
Estos son solo algunos de los galardones de Margarita Salas pero puedes consultar todos en el Instituto Cervantes.
La muerte de Margarita Salas ha conmocionado a todo el país y siempre será recordada por su enorme contribución a la ciencia española e internacional, pues gracias a su descubrimiento sobre la ADN polimerasa del virus Phi29, es mucho más sencillo replicar el material genético y puede aplicarse en otros campos como la oncología, genética o arqueología.