La capital de República Checa no solo es la ciudad de las 100 torres y de los puentes por doquier. La protagonista de la Primavera de Praga de 1968, en la que la sociedad se echó a la calle para exigir mayor democracia, es hoy en día una de las ciudades más hermosas y vibrantes de Europa. Praga es uno de esos destinos de cuento que enamoran a primera vista, una urbe llena de historia, monumentos y rincones por descubrir. ¡Y también mucha cerveza! Te contamos qué ver en Praga a través de 13 lugares imprescindibles

1. Puente Carlos

Este puente medieval es el nexo entre la Ciudad Vieja (Stare Mesto) y la Ciudad Pequeña (Mala Strana). Es, sin duda, uno de los lugares más emblemáticos de Praga. Cualquier momento del día es bueno para visitarlo. Si quieres deshacerte de las hordas de turistas, acude temprano, mientras que si quieres disfrutar de la increíble caída del sol sobre el río Moldava, ve al atardecer.

Puente Carlos en Praga

 

2. Plaza de la Ciudad Vieja

Se trata del epicentro de la Ciudad Vieja, una plaza bulliciosa y llena de colorido. En ella encontrarás edificios como la Iglesia de Nuestra Señora de Týn, de estilo gótico tardío. La reconocerás por sus dos torres afiladas, que pueden visualizarse desde numerosos puntos de la ciudad. Otro edificio de interés es el Ayuntamiento, justo enfrente de la mencionada iglesia.

Plaza Ciudad Vieja Praga

3. Reloj Astronómico

Es fácil identificar el grandioso reloj astronómico del Ayuntamiento, considerado el más antiguo de Europa, pues data del año 1410. Sin embargo, lo que no todo el mundo sabe es que cada hora ofrece un pequeño espectáculo. Hazte hueco entre los turistas y prepárate para visualizar a los muñecos articulados que emergen de él.

Reloj Astronómico Praga

4. Torre de la Pólvora

Uno de los lugares que, sin lugar a dudas, tienes que ver en Praga es la Torre de la Pólvora. Por su localización, no tendrás ni que buscarla porque, con toda seguridad, te toparás con ella más de una vez. Ubicada a las puertas de la Ciudad Vieja, esta torre de aspecto ennegrecido del siglo XV toma su nombre porque sirvió durante un tiempo como almacén de pólvora.

Torre de la Polvora Praga

5. Castillo de Praga

Este monumento es el tesoro por excelencia de la capital checa, un castillo que está considerado el más grande del mundo. Para llegar hasta él, deberás cruzar el coqueto Puente Carlos, desde donde obtendrás una bella panorámica del mismo. Construido en el siglo IX, la realidad es que acoge un buen número de sitios de interés, desde la Catedral de San Vito hasta el pintoresco Callejón del Oro. Por este motivo, en tu viaje a Praga es más que imprescindible visitar este castillo.

6. Isla Kampa

El río Moldava, que parte en dos la ciudad, está salpicado de pequeñas islas fácilmente accesibles a través de sus numerosos puentes. Una de las islas más bonitas es Kampa, situada bajo el Puente Carlos. Además de vistosos edificios, en este lugar encontrarás el Muro de John Lennon, en homenaje al ex Beatle, o el puente de los candados.

7. Plaza de Wenceslao

Además de la Ciudad Vieja y la Ciudad Pequeña, otro de los barrios más representativos de Praga es la Ciudad Nueva (Nove Mesto). Situada al sur de la Ciudad Vieja, en ella se halla la histórica Plaza de Wenceslao, donde se inició la Revolución de Terciopelo que desencadenaría la caída del comunismo.

8. Casa Danzante

Sin salir de la Ciudad Nueva, en tu viaje a Praga no puedes perderte la Casa Danzante. Se trata de un curioso edificio que no pasa desapercibido porque parece que está como retorcido.

Casa Danzante en Praga

9. Café Slavia

Praga está llena de cafeterías con encanto, así que si te apetece hacer un alto en el camino, te recomiendo Café Slavia. Esta no es cualquier cafetería, pues, de hecho, es la más famosa de toda la ciudad. Inaugurada en 1884 y situada justo enfrente del Teatro Nacional, destaca por sus enormes ventanales que brindan vistas muy interesantes de la capital.

10. Taberna U Fleku

Qué ver en Praga es importante, pero qué beber es otra pregunta a hacerse. La respuesta es muy sencilla: cerveza. La tradición cervecera de la ciudad se palpa en cada bar. Pilsner Urquell y Staropramen son algunas de las marcas checas de cerveza que puedes conseguir tan solo pronunciando la palabra mágica: pivo. Uno de los mejores bares para tomarse una (o dos) es U Fleku, un local de mesas largas de madera considerado toda una institución en la ciudad.

11. Casa Natal de Franz Kafka

Si has leído ‘La Metamorfosis’, ‘El castillo’ o cualquiera de las obras del escritor checo, seguro que te hace ilusión visitar su casa natal durante tu viaje a Praga. Nacido en 1883, es uno de los autores más reconocidos de la literatura universal. Cabe señalar que en el número 22 del anteriormente mencionado Callejón del Oro se localiza la casa donde vivió entre 1916 y 1917.

12. Campo de concentración de Terezin

No son muchos visitantes los que saben que a apenas unos 60 km de Praga se halla un campo de concentración de la Alemania nazi. En Terezin llegaron a vivir alrededor de 150.000 judíos en condiciones infrahumanas. Basta con echar un vistazo a las habitaciones, baños, enfermería e, incluso, el crematorio para hacerse una idea de todo el horror vivido. El autobús hasta Terezin sale desde la estación de Holesovice, en Praga, y tarda aproximadamente una hora.

Campo de Concentración Terezin

13. Kutná Hora

Otro de los lugares sorprendentes que ver en Praga se localiza también a una hora de viaje. Kutná Hora es un sitio curioso donde los haya y algo tétrico, y a continuación explico por qué. Si por algo es famosa esta localidad es por albergar el Osario de Sedlec, una capilla elaborada a base de huesos humanos. Los más de 40.000 esqueletos humanos, así, han servido para confeccionar lámparas, cruces, guirnaldas y un largo etcétera. Este festival de huesos tiene, de hecho, una macabra explicación: ya que el cementerio no daba abasto con los miles de muertos que se cobró la peste, había que buscar otra salida al material óseo.

Kutna Hora en Praga

Como ves, la capital checa es un destino fascinante. Toma nota de todo lo que hay que ver en Praga y ¡ve haciendo las maletas!