Educar con el ejemplo es la manera más efectiva de inculcar virtudes a nuestros niños. Aún así, los cuentos con valores constituyen una ayuda muy eficaz para transmitir a nuestros hijos el concepto del bien y del mal, base de cualquier sistema de valores.
Varias horas de sermones y buenas palabras no son tan efectivas con los niños como un buen cuento que transmita valores. Los padres que cuentan historias con valores son capaces de generar un espacio de aprendizaje libre de normas y obligaciones fortaleciendo el nexo con sus hijos.
Contar cuentos tiene beneficios y a cientos
El potencial educativo que tiene un cuento con valores es único e irremplazable para transmitir capacidades morales concretas a nuestros hijos como la empatía, valentía, coraje, humildad, perseverancia, constancia, modestia, trabajo en equipo, etc. Ayuda al niño a aprender normalmente un valor que quizá ya conocía pero que no se lo habían mostrado a través de un ejemplo o la conducta de un personaje con el que él se identifica.
Ese rato de lectura además fortalece el lazo entre padres e hijos. El momento del cuento crea un ambiente de complicidad emotiva en el que los niños están accesibles y dispuestos a aprender cosas nuevas y compartir sus sentimientos.
Cuando contamos un cuento logramos elevar los niveles de concentración de nuestros niños, algo muy necesario entre tanta sobre estimulación de pantallas.
A través de un cuento con valores, enseñamos a los peques estrategias para gestionar sus propias emociones. La manera en que los personajes se enfrentan a los problemas les servirá de ejemplo para resolver sus propios problemas, descubriendo que aquello que piensan o sienten también les sucede a otros, y que existe una forma de enfrentarse a sentimientos como el miedo, la envidia o la tristeza.
Cada cuento en su momento
A la hora de contar cuentos a los niños, lo más importante es dedicarle tiempo, que no haya ningún elemento distractor (pantallas, bullicio), buscar un ambiente relajado.
La costumbre del cuento que trasmite valores se puede iniciar con niños de cualquier edad, pero adaptándolo a sus capacidades. Así, desde bebés y hasta los 24 meses, los niños son muy receptivos a los cuentos con animalitos y sus onomatopeyas (del tipo “¿como hace la vaca?”).
A partir de los dos años podemos introducir cuentos ilustrados, y a los tres años cuentos muy breves. Con las historias fantásticas, breves y sencillas, podemos empezar a los 4 años. A partir de los 5 años ya podemos incluir personajes reales para ir avanzando con historias de detectives, aventuras y misterios hasta los 8 años.
Contar un cuento con talento
Relatar un cuento con valores a los hijos a última hora del día puede suponer un gran esfuerzo para progenitores estresados. Sin embargo, merece la pena hacerlo porque la escucha activa de los niños tarde o temprano nos llevará a que ellos mismos aporten cosas al relato.
Es importante contar el cuento de forma emocionante, ir despacio, hacer las pausas, exclamaciones, interrogaciones, etc., de lo contrario, tu hijo se desconectará de la historia. Y no hay que desesperarse si a la primera no sale bien y se cometen errores como contar deprisa, o no utilizar la entonación adecuada, o no darle pasión. Con la práctica todo irá a mejor.
Para contar cuentos con valores se puede hacer uso de historias indistintas o personalizadas, relatos ya existentes o inventados en el momento. También es válido leer el texto solo nosotros o a medias con el niño, podemos incluir una pequeña actuación, o contarlo en la cama con la luz apagada o en penumbra.
Como narradores, iremos encontrando ese equilibrio entre lo que le gusta escuchar a nuestro hijo (¿está asustado, atento o indiferente?) y lo que nos gusta contar a nosotros.
Los cuentos con valores ayudan a los peques a construir una psiquis saludable. Y ya se sabe que los pensamientos construyen el carácter, y el carácter define nuestro destino.