Plaid en la Decoración

Cuando el otoño se hace presente por las tardes, puede suceder que aún no apetezca poner la calefacción en casa por excesiva. Sin embargo, cuando estamos en el sofá o en nuestro sillón de lectura podemos echar de menos algo que nos abrigue solo un poco las piernas, los pies o tal vez los hombros. Ese “algo” es un plaid o manta.

¿Qué es un plaid?

Plaid es una palabra de origen escocés, y con ella se hacía referencia a una manta a cuadros que se usaba como capa o atada a la cintura. Con el devenir de los tiempos, el término plaid ha mudado su significado de vestimenta personal a vestimenta del hogar.

Actualmente, el plaid es una manta más suave, y en algunos casos ligera, que se usa como complemento en distintas estancias de una casa.

El plaid es una prenda versátil, cálida y acogedora que podemos utilizar no solo para abrigarnos, sino también como complemento decorativo para vestir el sofá, una silla o la cama.

¿Cómo escoger un plaid o manta para la casa?

Aunque se trate de una tendencia decorativa muy sencilla, para que un plaid aporte una nota de color y mucha calidez debe ser escogido con cierto cuidado.

Respecto a los tejidos, en el mercado encontramos plaids o mantas de algodón, lana, punto, fibras sintéticas o peludas. Si le vamos a dar un uso frecuente o intensivo, es aconsejable que la manta o plaid sea de un tejido elaborado en un material resistente y suave, como el algodón o lana natural. Pero si su uso será ocasional, entonces podemos utilizar un plaid de tejidos delicados como seda o de pelos.

En cuanto a la técnica de fabricación, los plaids pueden ser gofrados (grabado en relieve o en hueco), estampados o tejidos.

Habitualmente, los entendidos en la decoración usan los plaids o mantas tejidas como complemento de sofás. Sin embargo, para el dormitorio prefieren los plaids estampados o gofrados en la cama e incluso a modo de alfombra.

Las mantas o plaids de pelo sintético son muy acogedores pero delicados, por lo tanto su uso no debería ser intensivo pues requieren limpieza en seco de tintorería.

Plaids en el dormitorio

En colores y texturas todo es válido, siempre que los plaids aporten calidez y armonía a la estancia. Para ello, es aconsejable elegir un color neutro u otro que coordine o complemente con el de las cortinas, alfombra o cojines.

Además de elemento decorativo, un plaid o varios se pueden utilizar en la cama para regular la temperatura o abrigar solo la mitad inferior.

Para aquellos que tienen los pies fríos, un plaid extendido y colocado a mitad o ⅓ de la cama es ideal. También podemos considerar colocar dos o tres plaids sobre la cama, en colores complementarios y texturas distintas, dispuestos a modo de cascada.

Si lo que queremos es obtener un look casual e informal, después de hacer la cama dejamos caer un plaid sobre ella, jugando con la geometría de la cama y de la manta. Así podemos colocarlo transversal en una esquina de la cama, extendido o semi arrugado.

Si lo nuestro es el orden y lo práctico, puedes colocar los plaids doblados en una banqueta a los pies de la cama, o bien enrollarlos y colocarlos en una cesta de ratán o mimbre cerca de la cama.

Los plaids de pelo sintético abrigan mucho la cama, pero hay que huir de excentricidades como colocarlos a modo de tapiz en las paredes del dormitorio.

Plaids en el salón

En la sala, se utilizan los plaids para complementar el sofá. ¿Dónde sino vamos a arroparnos con una manta mientras vemos nuestra serie favorita?

Pueden colocarse doblados sobre el reposabrazos del sofá, de un sillón o sobre un reposapiés. También es posible ubicar el plaid a modo de funda, extendido sobre el sofá para que aporte un plus de calidez sin estridencias.

Si éstos muebles están forrados en cuero o similar, es posible que el plaid resbale y termine en el suelo. En ese caso, puedes plantearte colocar los plaids doblados en el estante de la mesa del centro o en la consola del salón en vez de jarrones y figuritas decorativas.

En otras estancias de la casa

El plaid es un elemento tan versátil que puede utilizarse no solo en la sala y el dormitorio. Por ejemplo, si tienes un rincón de lectura o de trabajo en casa, puedes colocar un plaid sobre el sillón o la silla.

Salir en invierno a tomar aire y sol en en las zonas exteriores de nuestra casa es posible si nos abrigamos con un plaid de punto gigante o de tejido polar. La idea es conservar el espíritu hogareño de recogimiento sin renunciar al aire libre.